Cómo cerrar el año sin castigarte (aunque sigas buscando empleo)
27/11/2025
Cuando se acerca el final de año, muchas personas hacen balance casi sin darse cuenta. Y si estás buscando empleo, ese balance a veces duele más de la cuenta.
«Este año tampoco ha salido nada.»
«He hecho mucho… pero no tengo resultados.»
«Empieza otro año igual.»
Si te reconoces en alguna de estas frases, no estás sola ni solo. Y tampoco significa que hayas fallado.
No eres solo el resultado final
Buscar empleo suele medirse con una sola pregunta: ¿has conseguido trabajo o no?
Pero esa forma de mirar es injusta y muy limitada. Porque deja fuera todo lo demás.
Este año quizá:
- te atreviste a enviar currículums cuando antes no lo hacías;
- pediste ayuda o información;
- aprendiste qué tipo de trabajo no quieres;
- pusiste límites donde antes aguantabas demasiado;
- seguiste intentando, aunque te costara.
Nada de eso aparece en un contrato, pero sí cuenta.
Cerrar el año no es juzgarte
Hacer balance no debería ser una lista de reproches. No es para machacarte ni para compararte con otras personas.
Cerrar el año puede ser:
- reconocer el esfuerzo que has hecho;
- aceptar lo que no dependía de ti;
- soltar la idea de que «debería haber podido más».
Buscar empleo no es solo cuestión de ganas. Hay contexto, tiempos, salud, apoyos y oportunidades reales.
Y no todas las piezas están bajo tu control.
Dale un lugar a lo que sí has hecho
A veces ayuda cambiar la pregunta.
En lugar de:
«¿Por qué no lo he conseguido?»
Puedes probar con:
- ¿qué he aprendido sobre mí este año?
- ¿qué cosas ya no acepto?
- ¿qué sé ahora que antes no sabía?
- ¿qué me ha ayudado a seguir, aunque fuera despacio?
Responder a esto no es conformarse. Es mirarte con más justicia.
Llegar cansada o cansado a diciembre también es humano
Hay un cansancio muy típico de estas fechas: no es solo físico, es mental y emocional.
Cansa: esperar respuestas; gestionar silencios; ilusionarte y volver a empezar o sentir que el tiempo pasa. Reconocer ese cansancio no es rendirse. Es escucharte. A veces, la mejor forma de cerrar el año es no exigirte más.
Enero no necesita empezar perfecto
No necesitas llegar a enero con todo pensado, decidido o resuelto. No hace falta tener un plan cerrado ni promesas gigantes.
A veces basta con algo mucho más pequeño:
- cuidarte un poco más;
- no perder la confianza en ti;
- mantener abierta la posibilidad de que las cosas cambien.
Cerrar el año sin castigarte es un regalo que te haces ahora y que te acompaña cuando vuelvas a arrancar.
Porque tu valor no se mide por el calendario ni por el resultado de un proceso. Se mide también por cómo te sostienes en el camino.
Comentarios
No te pierdas nada
Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe las últimas ofertas y noticias publicadas